domingo, 1 de septiembre de 2013

Descubrimientos


Como la primera vez no hay ninguna. Nada es sabido, y cada paso nuevo es como una caída al vacío, como un aliento suspenso de montaña rusa o tobogán. Y cada acto siguiente es una ventana que se abre a un sentido, a un misterio que se abisma en sí mismo y del que se vuelve, más que con la certidumbre del conocimiento, con la conmoción viva en la mirada. Todo es vértigo la primera vez, y enigma.
Cuando se regresa, y es ya la segunda o la tercera vez, liberado de las urgencias, ungido por la maestría del que ya ha pasado por ese camino, uno se abandona al gozo por el gozo, al deleite noble de hallarse vivo en la mirada que lo refleja; y se arrebata con cada paso nuevo que repite, pero nunca, nunca, vuelve a inaugurarse en su alma el desposeimiento absoluto que se siente al recorrer el sendero nunca antes hollado.         
Pero no con todos los libros pasa eso; hay algunos cuyo misterio se renueva a cada lectura y sus enigmas se visten —a cada lectura— de interrogantes nuevas. Parece que crecieran a la par que su lector crece, de forma que es uno cada vez, y cada vez es como la primera vez que fue leído.


13 comentarios:

  1. Algunos libros son como las matrioskas, una historia dentro de otra que descubres en cada relectura. Un auténtico tesoro.

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    1. Gracias, Beatriz. Un buen libro tiene la facultad de convertirse en muchos. Gracias.

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  2. Pepe, siempre jugando con el lector, nos dejas ir, ir, hasta que de pronto ¡sas! Tensas la cuerda.

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  3. Hola Pepe, Luis tiene razón. Esta entrada nunca va a amarillear porque si bien al final habla de los libros, alude a muchos "estrenos" en la vida.
    Si bien la primera vez que se lee un libro causa una sensación indescriptible e irrepetible, yo soy de esas pocas y locas personas que los relee cada cierto tiempo y, aunque puede que no lo sean, los transforma en libros-matrioskas, caso de HISTORIA DEL REY TRANSPARENTE y LÁGRIMAS EN LA LLUVIA, por ejemplo. Con los microrrelatos soy más de "picotear" entre un libro y otro (por lo general son finitos y puedo llevar más de uno en la mochila).
    Y hablando de microrrelatos, hoy a la tarde se inaugura la 1era Feria del Libro de Neuquén ¿y sabés quien va a dar una charla sobre microrrelato? ¡Nada menos que Ana María Shua! Promento fotos y pormenores. Cariños, Mariángeles

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  4. Esperemos que no amarilleen estas baldas más de lo preciso. Propósito para setiembre. Un beso, Mariángeles.

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  5. Con los años pude apreciar que los libros mutan conmigo, en cada muesca que la vida me va dejando, voy apreciando lo que releo de distinta manera y a veces me pregunto ¿qué pudo comprender de este libro cuando lo leí a los 18 años? Cómo si hoy fuera otra persona la que lo lee. Pero debo reconocer que no soy muy afecta a releer porque siempre siento que me supera todo lo publicado que no alcanzaré a leer.

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  6. Edith: todo nuevo acercamiento a un libro ya leído con anterioridad debe estar investido del ánimo de encontrarte un libro diferente.

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  7. En todo mi vida, sólo he leído un libro, me lo regaló mi abuela hace setenta años. Pero, para que parezca siempre diferente (para que sea "todos los libros") utilizo algunas técnicas. Lo leo con párrafos dispersos, boca abajo, eliminado líneas alternas... Es igual de excitante y novedoso. Y no veas el ahorro que supone, y las baldas, amarillas o no, que deja despejadas para colgar souvenirs.
    ABrazos, compañero.

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    1. Seguro que es el único libro verdadero, que los demás son trasuntos más o menos comerciales de aquel regalo tan decisivo en tu vida.
      Maestro, un abrazo.

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  8. En todo mi vida, sólo he leído un libro, me lo regaló mi abuela hace setenta años. Pero, para que parezca siempre diferente (para que sea "todos los libros") utilizo algunas técnicas. Lo leo con párrafos dispersos, boca abajo, eliminado líneas alternas... Es igual de excitante y novedoso. Y no veas el ahorro que supone, y las baldas, amarillas o no, que deja despejadas para colgar souvenirs.
    ABrazos, compañero.

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  9. Los libros crecen con uno. Algunos despliegan sus hojas como en un cuadro surrealista y se nos meten en el contenido del cráneo de manera de no olvidarlos nunca. En casa tienen mucho espacio pero ya estoy empezando a creer que poco a poco me van a desalojar.
    ¡Muy buen abordaje del tema! Abrazo, mar por medio.

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  10. Ay Pepe!
    Qué bueno leer esto!
    Ahora sí entiendo por qué leo el mismo libro hasta cinco veces y siempre descubro algún detalle que se me había escapado y más aún, disfruto de los detalles que sí ya había apreciado, pero ahora los disfruto desde otro lugar; me deleito y mi imaginación puede recrear con más precisión aún, aquello que me están narrando...

    Un beso

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